Un récord de Gonzalo y un imposible

Cuando ganar no es suficiente. Cuando ser una apisonadora tampoco. Ni siquiera un récord lo es. Porque depender de terceros nunca es buena opción. En la vida y en el fútbol. El Castilla pasó por encima del Fuenlabrada. Hasta mandarlo virtualmente a Segunda Federación. Uno, dos, tres y cuatro zarpazos. Que pudieron ser muchos más. Uno de ellos, desde los once metros, de Gonzalo García. Golzalo por 25ª ocasión. Misma marca de Mariano en la 2015-16. La mejor en la historia del Castilla en una temporada regular. Tiene un partido más para mirarle por el retrovisor. Un reto individual, que no global. Porque ganó el Antequera. También el Mérida. Y el Castilla, con póker, perdió la mano. Adiós al playoff. Fue una misión imposible.

Y eso que el Castilla remó. Mucho. Tanto que llegó a paladear, a pisar, el quinto lugar después de despedir 2024 en el infierno. Del descenso a la gloria. A acariciarla, al menos. Pero en las paladas finales se ha quedado a medias. No por perder (solo una vez en 2025), sino por empatar. Hasta 17 en total. El último, contra el Mérida en el Romano. La pasada jornada. La penúltima punta del ataúd. La última la pusieron los extremeños y el Antequera. Que ganaron y celebraron. El Castilla ganó y despidió el Di Stéfano, pero no celebró. No del todo. Aunque, como les decía Raúl a sus chicos, un adiós con la cabeza alta.

Después de una sinfonía. Casi al unísono. Casi desde el silbatazo inicial. Ahí ya se demostró que los retos eran antónimos. Y por qué lo eran. Porque el filial blanco proponía. Porque el Fuenla se deprimía. Ni el cambio de entrenador cambió, redundancias aparte, nada. Diego Nogales fue destituido a falta de dos jornadas y Rubén Anuarbe tampoco encontró teclas. Sentó a Cédric, el goleador. Y el primer gol ya lo había marcado el Castilla a los tres minutos. Tras un barullo, Zúñiga. En el área. Donde se alimenta un killer, a la red. Y a partir de ahí, monólogo.

Las ocasiones eran torrenciales y el único paraguas visitante era Lucas Díaz. Un portero ante el peligro. Pero a los 20 minutos Alba derribó a Zúñiga, inabarcable. Y Gonzalo cazó a Mariano desde los 11 metros. 25 tantos. Tiene un partido para buscar el reto total. Los 27 del de Premiá de Mar después de su playoff. El 7 de Raúl no los jugará, pero tiene una visita al Alcoyano por delante. Una motivación menor para un hito mayor. Y casi en paralelo llegaban dos goles de Betis Deportivo y Mérida (al Recreativo). Había opciones, que se convertían en quimera con el empate del Antequera contra el filial bético. Así, con un ojo en el Di Stéfano y un oído en la radio, llegaba el descanso.

Buscaba Anuarbe reacción con Cedric tras el refrigerio. Y parecían distintos los bríos del Fuenla. Fue un espejismo. Un trampantojo. Como la ilusión del Castilla, aniquilada por el segundo del Antequera. Aunque entre rezo y rezo, el Di Stéfano disfrutó. Porque Víctor Muñoz se subió al ‘Fórmula 1′. En el Clásico alcanzó los 35 km/h y en algún duelo con el Castilla ha superado los 36. En el tercero de la tarde-noche andaría cerca. Y con toda la calma del mundo, aprovechando la compañía de Fortuny que hizo dudar a la zaga visitante, definió al palo corto.

Una victoria sin paliativos que redondeó, quien si no, Zúñiga. Ahora con un latigazo desde 30 metros. En su mejor partido desde que fichó por el Madrid. Llegó como una de las grandes joyas del Málaga. Y en Málaga, en Antequera concretamente, celebraban su remontada particular (4-1). Como lo hizo el Mérida en Huelva. Sin tanta contundencia, pero superando al Decano (0-1). Y mandándole a Segunda Federación. Donde virtualmente también está un Fuenlabrada invisible en Valdebebas. El Castilla despide con una goleada tanto al Di Stéfano como al playoff.

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