Lleva a sus 180 trabajadores de cena, pasa la factura como gastos de empresa y la justicia llama a su puerta
Los “gastos de representación”, según el Tribunal de Cuentas, deben servir únicamente para mejorar la imagen de la entidad o su funcionamiento.


Las cenas de empresa son una práctica habitual alrededor de todo el mundo. Tradicionalmente en Navidad, muchas son las compañías que dejan el trabajo a un lado para sociabilizar con los compañeros en un ambiente más distendido y relajado. Una forma de hacer equipo, disfrutar de un rato agradable y conocer a la persona que se ‘esconde’ tras el trabajador.
Cada compañía tiene su forma de proceder, en función de sus características y su tamaño. Así, la directiva de la Sociedad Pública de Servicios Personales (Azienda pubblica di servizi alla persona, Apsp) de Levico (Italia) decidió hacer una cena para unas 180 personas, entre directivos y empleados. Una cena que se fue hasta los casi 6.000 euros (5.940, unos 33 euros por comensal) y que la compañía hizo pasar por “gastos de representación”. Querían premiar a los empleados del centro sanitario, pero ahora el director del mismo deberá devolver la cuantía.
Según explica el diario italiano Corriere della Sera, los magistrados del Tribunal de Cuentas de Trento consideran que esta cena, fechada en 2019, no tiene nada que ver con los fines ni actividades de la citada organización. Porque, explican, los gastos de representación pública deben servir para mejorar la imagen o el funcionamiento de la entidad, y nunca para fiestas internas.
El ya exdirector, junto a su abogado, trataron de justificar (sin éxito) el citado gasto, alegando que el trabajo allí en ocasiones se volvía complicado, por lo que este tipo de acciones servían para motivar al personal. “Hay varios problemas para contratar y retener al personal dedicado al cuidado de ancianos. El objetivo final era garantizar el nivel numérico y cualitativo de los cuidadores”, sostiene.
Otros gastos investigados
Pero no solo la cena fue puesta en tela de juicio por la justicia italiana. También otros, por valor de más de 4.000 euros, en insignias de oro para quienes llevaban más de 30 años de servicio, cuentos para regalar a los jubilados, las flores para la cena o certificados de mérito.
En total, la cuantía entre todos los gastos investigados asciende hasta los 10.130 euros. Pero en el caso de estos últimos, se consideraron correctos al estar aprobados y relacionados con iniciativas previstas en el reglamento de la organización. Por otro lado, la Fiscalía considera que el exdirector general era el responsable de no haber verificado las operaciones de caja realizadas por el contable de la empresa. No obstante, el Tribunal de Cuentas opina de otro modo, al considerar que ningún reglamento interno obliga al director un control directos sobre estas actividades, por lo que le exime de esta responsabilidad.
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